sábado, 26 de octubre de 2013

Día Trece: La transversalidad

" Sólo yo, en cierto modo,
no soy el mismo, y al fin,
esto es lo mismo también."
Fernando Pessoa


A la vida no puedo ir si no me corto. De la vida no puedo venir si no me desmiembro. En la vida no puedo estar si no me parto.
En cada paso que doy el sudor me derrite. Y por el suelo sucio de los charcos urbanos se precipita mi pasado en capas como una cebolla desvestida.
Estoy alcanzando semejante estado de purificación que dios sonríe desde mi dermis y el cometa de los nuevos sortilegios hace cuna en mi boca.
Al final del sendero me espera un nuevo paisaje el cual no puedo habitar si no logro inclinarme y permitir que el cuello se me rasgue. Es preciso que un línea me divida transversalmente, me deje en vísceras y , por sobre todo, separe mi pasado del presente.
Un comienzo es la destrucción masiva de todos los finales.
Ya va siendo hora de guardar todos los trajes, de poner a dormir todas las imposturas. No es tiempo de la estrategia de la supervivencia.
He venido a presentar al verdadero, al que dormía en la garganta del mundo. Hablará a partir de ahora el que con sus dedos le toma el pulso a la vida. Vendrá, entonces, el que codifica el canto de la tierra. Cantará, por fin, el que derrite soles en su saliva.
Cuando todo duerma haré música con mis suspiros para que, como un faro, el camino hacia la palabra que salva sea, de una vez por todas, revelado.

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