martes, 17 de septiembre de 2013

Día Dos: Confesiones mudas

" ¿Cuál es el día que pasa sin que alguien no disuelva mi última esperanza?.Siempre hay alguien dispuesto a declarar que estoy perdido.Que el rumbo de las cosas es otro y que yo me atrasé.Que la historia marcha y mira como yo todavía estoy lleno de ilusiones.Todo marcha hacia una claridad que no comprendo en absoluto." 
(Fragmentos de la novela "Bandoleros" de Joao Gilberto Noll) 


  Soy una víbora discapacitada.Dejo mi vieja piel atrás como un nylon abandonadopero soy incapaz de proveerme una nueva dermis.Por lo tanto,me arrastro en espasmos con  blancura de piel por todos los rincones.Y miro al sol con el paladar vulnerable,con mi totalidad vulnerable. 
  El frío se mete entre la realidad y yo.Y me siento tan extraño que soy un misterio,mi propio misterio; tan misterioso soy que no me comprendo. 
  Me aburre la mayoría de la gente. Así que, luego de una época  en donde fui un pésimo controlador de mis propios hilos, me dedico, ahora, a mí mismo; a podarme las neblinas, a sacudir mi sol. 
  Por eso, todavía miro con asombro cuando las pupilas se me despiertan ante un beso inesperado,que recae en un suspiro ajeno durmiendo en mi cuello y recuerdo, entonces, que una vez yo fui un ser vivo,y me vuelvo a dormir sonriendo. 
  Y sin que se dé cuenta, miro de reojo atesorando los momentos ,perteneciéndole al desconocido que no lo es tanto, de una manera que ni yo mismo puedo decir. 
  En ese momento me recuerdo que ,por más madurez que tenga en mi aliento, y todas las herramientas luchadoras que dispone mi conciencia,somos seres en vínculo; y  hay una parte de mi pequeño cuerpo que desea, con fuego, ser visitada. 
  Automáticamente me niego este momento; todo se termina con el reloj de la mañana. Y  tengo un tejido más en mi sweater diario: el de saberme poderoso y suficiente,pero incompleto. 
  Y da la casualidad que en las esporádicas y sorpresivas caricias que a veces la suerte me trae me recuerdo a mí mismo que el traje de hielo que paseo por las calles no lo es tanto.Por que ante la sorpresa de lo que no se espera,no puedo tener miedo: si me concentro en la admiración de la sorpresa no le temo al visitante; si no le temo al visitante quizás tengo yo una pequeña muestra de que la vida es para afuera y no para adentro; si no le temo a esta afirmación quizás algún día tenga quién me caliente los pies a las tres de la mañana con un cafecito con leche y unos chocolates tipo Suchard. 
  Pero no.No. 
  Todo se termina con la eyaculación de la mañana. 
  ¿Cuánto hace de esto ya? Varios meses... 
  Doble función ,casi todas las semanas,localidades agotadas para ver a una marioneta clown: Yo. 
  Me tiran los hilos y me muevo sonriente y tragicómico hacia la cuerda que me sostenga mejor. 
  Y le como el presente a cada espectador para recordarme a mi mismo que todavía soy capaz de        sentir. 
  Estoy muy bien solo hasta que esa guerra amatoria,esa risa cómplice de madrugada, esa mezcla de orgasmo salvaje con grito erótico y búsqueda de ternura en el pecho que transpira y me recibe para acurrucarme me da la pauta de que podría estar mejor. 
Y yo quiero decirle ¿Me quedo. Me quedo para demostrar.No se muy bien que todavía. Pero mi Caja de Pandora puede ser la mejor del mercado. 
  Sin embargo, tengo que ser tu momento.Tu vida tiene que llegar al punto en el que descubras tu momento en todos mis momentos mientras yo hago mutis por el foro, vistiéndome a las apuradas,borrando la irritación del roce de barbas en el rostro y las manchas resecas que delatan mis hábitos. 
  Pero ¿Cómo se le dice a alguien conocido en circunstancias excepcionales que querés que sea tu siguiente momento,y el que le sigue a ese, y el que vendría después también? ¿Cómo le explicás que no hay ataduras ni precipitaciones en ese decir sincero sólo  ganas de continuidad?¿Cómo encontrás la seguridad suficiente para que en todas las noches en las que sus lenguas no se enreden decir "Creo que algo hubo" ? Algunas veces caí en ese pozo.A veces, hoy, desde otro punto de vista, vuelvo a caer. 
  Entonces, las horas siguen por que estoy en tránsito, buscando mi nueva piel que perdí aún cuando todavía no la había encontrado. 
  Haciendo todo desde la más extrema soledad en un día donde el teléfono no ha sonado ni una vez.Y donde me demuestro a mí mismo que en mi autonomía habita la legitimada continuación de todas las cosas.
  Y espero( todos esperamos)  Pero yo ahora espero una cosa distinta,una que nunca había esperado,una cosa tan sencilla que es compleja. 
  Ahora no tengo espacio, soy etéreo y floto sin forma y sin sonido.Y me muevo hacia la etapa siguiente. 
  Pero espero,sigo esperando.Esta vez de una manera más sana con muchas otras posibilidades entre las manos que no suplantan sino que complementan. 
  Estoy esperando...
  Muevo mi cuerpo hacia el nuevo momento mejor mientras crezco y me abro al mundo desde otra energía subterránea.
  Estoy esperando la calma que me dejé en tu almohada y el salvajismo que me hizo tener una paz que viene del relajamiento de un cuerpo cansado de las imperfecciones de la maldad humana y que lo único que quiere conocer es el íntimo placer de la protección.
  Estoy mudo. 
  Cuando más me callo es cuando más estoy confesando.

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